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Un espectáculo provocador e irónico con canciones que te sorprenderán
El escándalo que provocó esta parodia de los Juegos Florales en 1902 fue excepcional. La obra denunciaba el idealismo exaltado de un certamen que se había convertido en vehículo propagandístico del nuevo catalanismo y que ponía de manifiesto la gravedad de las numerosas tensiones que recorrían la sociedad catalana. Un siglo más tarde, la lucidez de Santiago Rusiñol aún nos interpela… en forma de alocado musical.
La comedia se estrenó en un contexto de gran crispación social, marcada por el reciente encarcelamiento de centenares de líderes sindicales y de destacados políticos como Prat de la Riba. La polémica se agudizó cuando el gobierno central suspendió los auténticos Juegos Florales de Barcelona debido a los pitidos a la bandera española y en cambio protegió con policías a los espectadores que asistían a los teatrales de Canprosa